jueves, 18 de agosto de 2016

Mr. YouTube: determinación e innovación para llegar a la cima.

Miles de deportistas de todo el mundo se reúnen cada 4 años para participar de los Juegos Olímpicos. Esto conlleva una preparación de toda la vida, indudable sacrificio y perseverancia. Para los deportistas, el sólo hecho de llegar a esta instancia ya es un gran logro y meta en la vida. Actualmente, en los JJ.OO de Río de Janeiro está un atleta que impresiona por su determinación y perseverancia para alcanzar el éxito: Julius Yego, apodado “Mr. YouTube”, es un lanzador de Jabalina y actual campeón del mundo en su disciplina. Conoce un poco de su historia y cómo pudo triunfar a pesar de las circunstancias adversas. 
Julius Yego Kiplagat, nació el 4 de enero de 1989, en Cheptonon, Kenia. Fue el cuarto de ocho hermanos de una familia de humildes granjeros. Desde muy joven ayudaba en la agricultura a su padre y en el cuidado de los animales, dónde en sus ratos libres elaboraba varas de madera que lanzaba para entretenerse.
Tras haber fracasado en la prueba de atletismo de 10.000 metros, Julius no se dio por vencido y decidió entrenar poco a poco el lanzamiento de la jabalina, logrando una marca de 64 metros, cerca del récord nacional el cual era de 67,43. Una problemática era que no había entrenadores de jabalina en su país, por lo cual tuvo que improvisar y recurrir a videos de YouTube de Andreas Thorkildsen, un experimentado en el área, entre otros para poder perfeccionar su técnica, esto lo llevaría a ser apodado como “Mr. YouTube”. El 2008 ganó su primer título nacional, el cuál defendió dos años más. En 2010 participó del campeonato africano de atletismo en dónde ocupó el tercer puesto. Estos logros no fueron los únicos, ya que esto sólo era el comienzo de una formidable carrera.
En 2011 ocupó el primer lugar para Kenia en los juegos panafricanos. Este triunfo le permitió ser becado por 6 meses para entrenar en Finlandia, Europa. En 2012 debido a su buen rendimiento clasificó a los juegos olímpicos de Londres siendo el primer Keniano en la historia en participar de magno evento. En Londres pudo llegar a la final, codeándose con aquellos atletas que analizaba en los cyber cafés con gran admiración. Finalmente queda en el lugar décimo segundo con una marca de 77,15 metros.
Durante el 2013 participó del campeonato mundial de Moscú, donde tuvo una notable actuación, quedando en cuarto lugar, con un lanzamiento de 85,40 metros y estuvo a punto de obtener el bronce. En 2014 obtuvo la medalla dorada en los juegos de la Mancomunidad de Glasgow. Días más tarde ganó el campeonato africano. Pero su primer título a nivel mundial sería el 2015 en Pekín, dónde con una marca de 92,72 metros se convertiría en la tercera mejor marca histórica del lanzamiento de la jabalina. Actualmente Julius llega a los JJ.OO en Río como favorito, y como actual campeón mundial.




No cabe duda que en la historia de vida de este joven deportista, se pueden obtener claros consejos para lograr el éxito. No es sólo el esfuerzo y la constancia en la preparación física y mental, también es la decisión de poder innovar ante las circunstancias adversas. No importa el lugar de origen, ni la carencia de oportunidades o herramientas para triunfar, siempre se puede innovar y cambiar ese escenario negativo para sobresalir y no quedarse en la mediocridad y las excusas baratas. La determinación de Julius debe ser imperante en la vida de toda persona que lucha el día a día. Donde la desmotivación arrastra, la frustración se hace cada vez más latente y la desesperanza ante los fracasos constantes produce que la persona no tenga ganas de seguir luchando. Pero cuando se tiene la fe en Dios, es algo sobrenatural que energiza el alma y se puede proyectar de mejor manera ante las adversidades. Dios dice en su escritura: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas, ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:1) y esta seguridad en Dios es la que se puede tener acceso sin restricción, porque el mayor de los fracasos ocurre cuando algo no se intenta. En perder el miedo al fracaso está el puntapié inicial para el éxito, además del esfuerzo humano, y la resistencia ante la negativa de otros, incluso de los más cercanos que no mirarán con buenos ojos la iniciativa de lograr cosas grandes. La seguridad de que Dios guía la vida y dirige el camino al éxito debe ser lo primordial, porque sin Dios nada del talento y la habilidad adquirida tiene sentido, porque es gracias a él que hay vida. Quizás exista agotamiento de intentarlo una y otra vez, pero hay un rayo de luz en la expresión: “Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: esforzaos, no temáis: he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago. Dios mismo vendrá, y os salvará” (Isaías 35:3-4). Por tanto, hay que luchar con seguridad, con confianza en Dios, y con fe: esto es confiando que se recibirá la recompensa, corriendo la carrera con la certeza de alcanzar la meta (1 Corintios 9:24-27; Hebreos 11:1).

Julius Yego, luchó como muy pocos lo hacen y logran llegar a la cima. Esta semana estará participando en los JJ.OO y si bien ha logrado muchos trofeos y reconocimientos, el seguirá luchando por esa medalla de oro la cuál es su recompensa final. Así también el hombre puede obtener la recompensa final que es la vida eterna. Buscando el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33), y todo lo demás viene por añadidura. Entonces la clave está en buscar a Dios de todo corazón (Jeremías 29:13), quien luego dará fuerzas, seguridad, confianza, aliento y puede levantar al atleta aunque hierra y esté caído,pero principalmente le da vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Y es la vida eterna la meta final para cada persona, esa vida eterna en el creador de todas las cosas, quien amó al hombre y dio su vida entera (Juan 3:16) para que todos puedan gozar del gran premio que es estar junto al mejor entrenador, motivador y sustentador del hombre: Cristo Jesús.


viernes, 12 de agosto de 2016

MATRIMONIO: ¿Para toda la vida?



Realidad local y mundial

En Chile, durante el año 2015 la cantidad de divorcios fue mayor a la de matrimonios. Según fuentes del Poder Judicial, el año pasado se produjeron 72.753 divorcios. Y en el mismo periodo 63.749 parejas se casaron de acuerdo a los datos del Registro Civil.[i] Estas estadísticas revelan la condición alarmante de los matrimonios nacionales, dónde factores como la infidelidad y la violencia intrafamiliar son los factores más determinantes a la hora de tomar la decisión del divorcio. Aunque cerca del 60% del total de los divorcios es por mutuo acuerdo, el resto llega a tener un proceso más duradero, por un año o más, asimismo de tener mayores costos monetarios en el proceso legal. Otras estadísticas encontradas en el Servicio de Registro Civil e Identificación, indican otras preocupantes cifras en cuanto a la familia: de un total de 237.541 nacimientos durante el año 2014, un 67% de ellos nacieron fuera del matrimonio, esto equivale a 161.337 niños, poco más de 2 tercios del total nacional. Esta estadística denota que la mayoría de los nacidos no nacen dentro de la institución del matrimonio. Hay además otra alarmante estadística sobre las sentencias de la violencia intrafamiliar, las que fueron 6.930 de las cuales 4.035 fueron lesiones físicas, y en dónde además sólo se estima las denuncias efectuadas, ya que el total de violentados ascendería aún mas de hacerse la denuncia correspondiente. Y la última estadística, quizás más llamativa es que durante el mismo año (2014), 22 personas cambiaron su sexo de masculino a femenino y otras 23 de femenino a masculino.[ii] Esta última tendencia se ha vuelto mundialmente aceptada y no ha pasado desapercibida por nuestro país, y son muchos más a nivel mundial que optan por ir en contra de su naturaleza sexual. Todos estos datos dan un panorama amplio del impacto social que ha producido la lejanía de los principios de Dios en las personas. Es por esto que es imprescindible poder conocer lo que dice la Biblia acerca del matrimonio, su composición y propósito.

El manual de Iglesia menciona que: el adulterio, la pornografía, el abuso de toda clase (incluyendo el abuso sexual del cónyuge, de los niños y de los ancianos), el incesto, el abuso sexual de niños, y las prácticas homosexuales y lésbicas son algunas de las perversiones evidentes del plan original de Dios e lustran la ruptura de la humanidad. Como se niega la clara intención de los pasajes bíblicos (véanse Éxo. 20:14; Lev. 18:22,29; 20:13; 1 Cor. 6:9; 1 Tim. 1:10; Rom. 1:20-32) y se desprecian sus amonestaciones para dar lugar a opiniones humanas, prevalece mucha incertidumbre y confusión.[iii] Y es en esta confusión mundial donde el pueblo de Dios que tiene las escrituras como fuente de luz, puede tener la oportunidad de mostrar los principios de familia y matrimonio, como testimonio de que el Dios eterno de ayer es el mismo hoy, un Dios inmutable (Mal. 3:6; Heb. 13:8), que no cambia y en dónde sus principios son el mejor consejo que se puede adoptar y aplicar para goce y beneficio propio y para un matrimonio sano y feliz. El mundo busca sus placeres y concupiscencias (Stg. 1:13-15), pero estos deseos no provienen de Dios, sino del mundo (1 Jn. 2:16-17), por lo tanto la iglesia que Dios estableció tiene la labor no sólo de guardar lo principios Bíblicos, sino que además mostrarlos al mundo como el propósito de Dios para sus vidas.


El Matrimonio: su origen y confirmación
El matrimonio en primer lugar proviene del latín matrimonium que deriva de mater, que significa “madre”, y munium, “función, calidad legal de”, o sea, “función/oficio de madre legalmente reconocida”.[iv] Esto denota que el matrimonio debe etimológicamente hablando funcionar dentro de parámetros legales y ciertamente reconocidos dentro de una sociedad. Pero más allá del significado que hoy los estudiosos puedan dar, sabemos que la Biblia lo menciona de una forma enfática y especial mucho antes.
El origen del matrimonio surge en Edén hace más de seis mil años (Gén. 2:18-25), fue confirmado hace dos mil años por Cristo Jesús cuando vino a esta tierra, dónde habló no sólo del matrimonio, sino también enfáticamente sobre el adulterio y divorcio (Mat. 5:27-37; 19:1-12), y que hoy todavía sigue vigente. Para el cristiano es un compromiso no solo con la persona o cónyuge elegido, sino también con Dios, quien es la base de esta unión, quien los sostiene y guía durante esta nueva etapa de sus vidas, una unión como cordón de tres dobleces, el cual es resistente y no se rompe con facilidad (Ecl. 4:12).
Por otro lado Dios dejó un gran don, que es el amor (1 Cor. 13:4-13), para que podamos demostrarlo a todos nuestros cercanos, ya que la Biblia dice “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:39), pero de forma muy enfática y especial se debe amar y entregar por completo a la pareja dentro del bendito matrimonio, para poder reflejar completamente la imagen de Dios, como varón y hembra unidos y cimentados en su creador. El amor debe ser la base, además el respeto, la tolerancia, la paciencia, un claro sentido de responsabilidad para uno mismo como también para la pareja. Cuando el matrimonio tiene fundamentos sólidos en Dios, necesariamente reflejará su amor, su santidad, y este tipo de relación quiere Dios que exista y perdure en el tiempo. Dice la escritura que serán una sola carne (Gén. 2:24), significa estar unidos como una sola persona, pero deben tener en cuenta que Dios es quien debe morar en medio. Como tal, el matrimonio es un compromiso público, legalmente vinculante y para toda la vida, entre un hombre y una mujer, y entre la pareja y Dios (Mar. 10:29; Rom. 7:2). En la relación matrimonial existe una intimidad especial, y es así también como se ejemplifica entre Cristo y su Iglesia, dónde Cristo lo da todo por su pueblo que es la iglesia, una entrega total. Cristo es cabeza de la iglesia, y la cabeza no puede estar separa del cuerpo, así también es el matrimonio, dónde ambos, hombre y mujer deben estar unidos en Cristo (Efe. 5:31-32). El matrimonio es una unión para toda la vida y un símbolo de la unión entre Cristo y su iglesia. El espíritu que Cristo manifiesta hacia su iglesia es el espíritu que los esposos han de manifestar el uno para con el otro.[v]
Con respecto al divorcio, Jesús mismo nos habla que el divorcio sólo se acepta cuando hay adulterio (Mat. 19:9). Dice además que lo que Dios juntó que no lo separe el hombre (v. 5,6), lo que en contraste con la sociedad de hoy está en evidente desorden y desobediencia de los preceptos divinos. Encontramos en la sociedad prácticas indebidas (Efe. 5:19-21), las cuales están condenadas por Dios. Por otro lado Cristo también dice que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró en su corazón (Mat. 5:28). El adulterio no sólo se limitada al acto mismo, sino que Cristo le agregó otro énfasis y está en la mente. Cuando se mira a una mujer con deseos complacientes se está cometiendo adulterio, porque siempre los pecados comienzan en los pensamientos, pero para contrarrestar esto hay que andar en los caminos del Espíritu Santo y resistid al diablo (Efe. 5:22-24).  Cristo vino para confirmar el matrimonio, vino para recalcar que en el principio antes de la intromisión del pecado existía este el vínculo perfecto de amor que conecta a la pareja con su Dios.

Importancia de la familia
Es cierto que no existen familias o matrimonios perfectos, así también como no existen personas perfectas. Pero ante los problemas comunes en la relación, Dios quiere estar ahí para sostenerlos y ayudarles. La clave del éxito está en confiar en Dios en aquellas circunstancias difíciles, en las crisis que sobrevengan y seguir sus consejos bíblicos, dónde encontrarán la solución a cualquier problema que exista, sólo hace falta disposición para que Dios actúe en sus vidas. Dios quiere que cada uno de los miembros de la familia alcance madurez espiritual, dónde puedan luego ser parte de la gran familia de Dios (Col. 1:9)
El vínculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de la tierra. Estaba destinado a ser una bendición para la humanidad. Y lo es siempre que el pacto matrimonial sea sellado con inteligencia, en el temor de Dios y con la debida consideración de sus responsabilidades.[vi]
Todo ser humano es un ente social, dónde comparte con personas diariamente, y dónde siempre está conociendo nuevas personas, lugares y formando nuevas relaciones interpersonales. Pero es en el hogar donde el ser humano se desarrolla o desenvuelve mejor, logrando así adquirir en los primeros años de vida, hábitos, conductas, donde se forma el carácter, donde se adquieren los valores de cada familia, y donde también se aprende a conocer a Dios, desde temprano en su niñez. Es aquí, en el hogar, donde las personas crean conciencia de la existencia de un Dios, que los marcará por el resto de sus vidas (Prov. 22:6). Más también, es en el hogar donde existen pleitos y peleas, donde muchas veces los niños son espectadores de estos sucesos, adquiriendo malas conductas o sentimientos negativos como el odio, codicia y crueldad. Mas este aspecto negativo que se vive en muchas familias, no estaba en el plan de Dios. Es por esto que el hombre cuando se aparta de los caminos de Dios y no permite andar en su espíritu, se desvía por caminos equivocados, colapsa y refleja sentimientos de mal. Razón por la cual muchas familias son disueltas, fracasando y llegando al divorcio. En estos casos los más afectados no son ellos, sino los más indefensos; sus hijos.
El matrimonio recibió la sanción y bendición de Cristo y debe considerarse como una institución sagrada. La verdadera religión no contrarresta los planes del Señor. Dios ordenó que la mujer se uniera al hombre en santo matrimonio para formar familias coronadas de honra que fueran símbolos de la familia celestial… El matrimonio, cuando se forma con pureza y santidad, verdad y justicia, es una de las mayores bendiciones dadas a la familia humana.[vii]

El Sábado y el matrimonio
En el comienzo de todas las cosas, Dios instituyó dos cosas: el matrimonio, y también el sábado, como día Santo. El instituyó este día especial, para adoración de Dios y conmemoración de la creación perfecta que había hecho. El sábado recuerda la obra de sus manos, la sutileza de lo creado y lo perfecto que es. También nos recuerda que debemos tener un encuentro personal con Dios, en un día especial, dónde también es la oportunidad de que la familia se reúna para que juntos como una unidad glorifiquen y adoren al Señor. El sábado fue hecho para que el hombre se gozase en él, no para que fuera una carga, y es la gran oportunidad de las familias de hoy; poder regocijarse, cesando de todo el trabajo y actividades semanales para tener este alivio o refrigerio en la presencia de Dios.
Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gén. 1:26). En esta expresión entendemos que fue creado el “hombre” en sentido genérico (varón y hembra), los cuales fueron creados a imagen y a semejanza de Dios. "El hombre había de llevar la imagen de Dios, tanto en la semejanza exterior, como en el carácter"[viii] Muchos dicen que la mujer fue creada a imagen del varón, pero no están en lo cierto. La Biblia es clara al decir que ambos fueron creados a imagen de Dios, y es esa misma imagen que deben reflejar las personas en su entorno, lo cual implica una gran responsabilidad… Tanto hombres como mujeres son iguales ante el Altísimo, ninguno es superior a otro (Efe. 5:28), ninguno vale más que el otro, sino que son iguales en naturaleza ya fueron creados por el mismo creador, a su imagen, y para Él tienen el mismo valor e importancia. Aunque son diferentes físicamente y mentalmente (en el modo de pensar), pero espiritualmente están al mismo nivel. Dios dijo que su creación fue buena en gran manera, y así también lo fue el hombre. No cabe duda que Dios pudo haber poblado completamente la tierra con sólo dar una orden, más su plan para reproducción era que cada ente humano (varón y hembra) se complementaran el uno del otro, y fue así como cada cual se diferencia por su sexo. El relato Bíblico nos dice que Adán estaba solo en el huerto y no halló compañera para sí. Fue entonces cuando Dios le creó ayuda idónea, ya que no es bueno que el hombre esté solo. Es así como entendemos que el propósito divino fue llenar la tierra, con estos dos seres que se complementan el uno del otro.
De lo diferente que son cada uno, hombre y mujer, Dios produjo unidad y orden en ellos. Aquel primer viernes (fueron creados en el 6to dia) de la historia humana, Dios celebró el matrimonio, y al día siguiente sería la celebración del primer día de reposo (Gén. 2:1-3). Desde entonces tanto el matrimonio como el sábado han constituido un fundamento claro para la familia. El matrimonio implica desunión y unión. En primer lugar implica la desunión de padre y madre, cada cual debe dejar su casa si quiere unirse en matrimonio (Gén. 2:24), para que en segundo lugar pueda formar su propio núcleo familiar, unido con su pareja idónea.

Más que una unión física
El matrimonio también tiene un sentido de pacto, como cuando Dios hizo un pacto con su pueblo, así también el que se une en matrimonio hace un pacto de fidelidad, de apoyo mutuo e incondicional, de apoyarse en prosperidad y necesidad. En todas las situaciones complicadas que puedan suceder, es deber del compañero apoyar en todas. Este pacto solo se disuelve con el divorcio bíblicamente permitido y ya antes mencionado.

La unión hombre-mujer, no solo trata de una unión física (serán una sola carne), sino que también se refiere a estar unidos en mente y corazón, en que deben estar de acuerdo o llegar a acuerdos, a que además deben tener el mismo gran objetivo en la vida que es glorificar a Dios en cada cosa que hagan, que puedan recibirlo diariamente hasta que el vuelva por segunda vez. Cuando la pareja está unida en este sentido espiritual, ninguno de los problemas o crisis que vengan los harán desmayar, ya que tienen la plena confianza mutua, pero principalmente entiende que dependen cien por ciento de Dios, y acudirán y se aferraran a él en cada momento de ahogo.


Advertencia de vida o muerte
Es aquí, en el matrimonio cuando la pareja empieza un nuevo camino al lado de Cristo. Cuando ambos tienen este enfoque podrán tener una vida plena en todo ámbito. Más la escritura nos advierte cuando el hombre se une en yugo desigual (Cor. 6:14-15). Es muy importante este punto, ya que lo vemos muy seguido en las iglesias, donde un joven se casa con alguien con un credo diferente, y resulta todo perjudicial. En muchos casos existen embarazos no deseados y deben casarse, y es que Dios en su palabra le dijo al pueblo de Israel hasta el cansancio que no se unieran con otros pueblos idólatras,  y al no hacerle caso tenían grandes consecuencias. Lo mismo también ocurre en nuestra iglesia y sociedad actual. Un cristiano que está sólido en la palabra de Dios no debiera unirse a otra persona que no profesa lo mismo, esto lo podría llevar a alejarse del camino de Dios y por ende perder de vista Cristo y su salvación personal.

El amor indispensable
La esencia en el matrimonio es el amor. El amor marital cuando se cultiva, se riega y se desarrolla, viene a cumplir con la voluntad de Dios, que es reflejar su imagen, tener ese amor agápe, un amor incondicional, el mismo amor que tiene Dios por su pueblo. Hay distintos tipos de amor, y el agápe es aquel amor abnegado, entregado totalmente al prójimo, lo cual comprende el verdadero sentido en la pareja.  El ejemplo más claro del amor es Cristo, que aun siendo Dios, vino a este mundo a hacerse hombre (Jn. 1:14), y en su estado de hombre murió por toda la humanidad, aún sin merecerlo. Dios ama a todos, y hubiera venido a morir si sólo una persona se hubiera perdido (Lc. 15). Ese es el amor que debe aspirar un matrimonio. Un amor totalmente entregado a Dios, al cónyuge y a los hijos. Pablo dice: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” (1 Cor. 13:4-8). Para tener este tipo de amor es necesario ir a la fuente del amor; Dios mismo. En el encontramos una rica fuente de amor, que puede llenar ese “estanque” de nuestro corazón para transmitirlo a otros.
El plan de Dios es tener familias bien consolidadas sujetas a él, como la iglesia a Cristo. Mas el pecado dejó una brecha entre Dios y el hombre, donde Satanás a tratado cada vez más de derribar lo que Dios instituyó. Hoy, en día, muchas familias son desgraciadas e infelices, viven como seres independientes de Dios y es aquí donde caen, porque muchos de los problemas que existen en las familias y matrimonios son por causa del pecado que el hombre permite que entre. Es por esto que se debe pedir a Dios constantemente su presencia para que dirija la familia, para que guie el matrimonio, capacite a la pareja para educar bien a sus hijos, que puedan honrarlo en todas las cosas, con una actitud de servicio con amor sincero, con entrega total y abnegada, y es así como Dios hará grandes cosas por el matrimonio y será de bendición para otros. Serán familias y matrimonios felices en gracia y paz para con Dios y la sociedad. La decisión de permitir ser guiados por Dios en el matrimonio es decisiva para vida o muerte, pero que la decisión de nuestras familias hoy pueda ser como Josué: Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. (Jos. 24:15).


Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor (1 Cor. 13:13).







[i] http://www.emol.com/noticias/Nacional/2016/03/13/792754/La-taza-de-divorcios-supera-en-10-mil-casos-a-los-matrimonios-inscritos-en-2015.html
[ii] Todas las estadísticas mencionadas entre otras aparecen detalladamente graficadas en: https://www.registrocivil.cl/PortalOI/PDF/Banner%20de%20genero%20Final.pdf
[iii] Manual de la Iglesia, p. 147. En esta sección, capítulo 13 del manual aparece todo sobre la posición oficial de la iglesia sobre el matrimonio, divorcio y el nuevo casamiento, dando a conocer los procedimientos indicados y respaldados por la escritura.
[iv] Alfonso Ropero Berzosa, Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, p. 1639.
[v] Elena de White, El Hogar Cristiano, p. 82.
[vi] Elena de White, El Hogar Cristiano, p. 14.
[vii] Elena de White, En los lugares celestiales, p. 204.
[viii] Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 25.

miércoles, 10 de febrero de 2016

VOLVER A CREER

Cada mañana al despertar no te daba las gracias
Sólo y vacío me levantaba y así mismo descansaba
Los días pasaban y sentí que algo me faltaba
Lo intentaba una y otra vez, fallando lo que empecé
Perdido estaba y con miedo caminaba
Seguía buscando respuestas y cansado me sentí
Mi vida no era la misma desde el dia que partí
Cuando me di cuenta que no había salida
Traté y fallé muchas veces mas cegado no te busqué
Y cuando trataba de buscarte no oía tu voz y dirección
Me di cuenta que algo estaba mal y lo tenía que cambiar
No podía enfrentar mi día y desesperado me sentía
Tu mirada quice buscar  y tu abrazo aceptar
En ese momento me di cuenta que sólo no podía
Me di cuenta que estabas a mi lado y no lo sabía
Hoy quiero cambiar y un nuevo camino empezar
Sé que debo volver y que ya no temeré
Quiero descansar y tu mano nunca mas soltar
No buscar respuestas, sólo confiar en tus promesas
Sé que debo volver y que ya no temeré
Comprendí que me decías inténtalo otra vez
Pero no como tu quieres, sino como yo quiero
Me dijiste confía en mí y permanece a mi lado
En ese momento oí tu voz y sentí tu amor
Retomé fuerzas cuando dijiste esfuérzate y sé valiente
Aqui estoy Señor buscándote hasta encontrarte
Me abrazaste con amor y me dijiste no temas
Ese abrazo me ayudó para enfrentar mis penas
Que increible como todo cambia en un momento
De sentirme perdido a sentirme protegido
Es el poder de Dios que actúa en el perdido
Todo lo que tengo te lo doy, mi creador y redentor
Tu conoces mi corazón, mis luchas y miedos
Reconózco que sólo en ti hay respuesta
Y que ante las dificultades de la vida sólo tu llenas
Ahora tomo tu mano, me diriges por la senda
Sé que irás conmigo alentádome hasta que venza
Buscarte y encontrate fortalece mi alma
No importando cuantas veces caiga
Se que me buscarás hasta experimentar tu perdón
El camino es largo y dificil, la vida es dura
Pero en esta travesía caminar juntos es mi alegría
Hoy ya no me siento solo, hoy tengo nuevas fuerzas
Hoy puedo decir que tengo un Dios que me sustenta
Hoy te quiero alabar porque en ti me pude salvar
En tinieblas estaba, mas ahora velas mi andar
Te veo tan claramente como el sol al amanecer
Como el aire que respiro experimento tu poder
En mi debilidad está tu poder, en mi debilidad puedo volver a creer.

"Cree solamente".

miércoles, 30 de septiembre de 2015

CUANDO DEJAS DE INTENTARLO

Aquel sueño que tenías, aquella meta en la vida, cuando te rindes, cuando dejas de intentar conseguirlo, queda un vacío, se apaga una llama, y te sientes débil. Muchos se olvidan de sus sueños porque parecen inalcanzables, esto lleva a crear vacíos de frustración, se apaga su ser, y se debilita como un ave sin alas para volar. Mas cuando luchas por quien quieres ser, el sólo hecho que luches y perseveres en ello, determina en gran medida el resultado final. La mente débil desiste, la actitud optimista triunfa. Una derrota se convierte en derrota cuando conlleva inacción ante el incumplimiento de la meta. Un triunfo no está exento de caídas, pero conlleva una acción de: levantarse, enfocarse nuevamente, luchar y perseverar hasta conseguirlo. En dejar de intentarlo esta la derrota, no en caer. El ser humano cae, porque necesita de Dios... 

Dos factores de desánimo son los que se deben exterminar: 

(1) Factor interno: "pensar que no puedo", es verdad, por ti mismo no puedes, pero en Dios todo lo puedes. Dios da las fuerzas, la esperanza, y la promesa bíblica dice que todo lo que pidas en oración, creyendo lo recibiréis. Primero someterse a la voluntad divina, para que Dios derribe todo prejuicio interno, toda debilidad humana, y toda barrera que te desanime.


Y (2) Factor externo: el "prejuicio de los demás", ya que muchos con sólo mirarte hablan, y hablan y pues siempre hablarán. Que el prejuicio externo no te corte las alas, porque la gente mal intencionada tratará de desanimarte, te dirán que no puedes, querrán ver frustrados tus sueños. Cuidado con esto porque contamina tu mente, te limita, te lanza al suelo en caída libre, pero no pierdas el tiempo enfrentándolos, sólo déjalos, deja que hablen, pero ora por ellos porque quizás están mas preocupados de los demás que olvidan sus problemas, sus luchas y sus sueños. Mejor cumple tus metas y tu triunfo los callará... 

Algo que he aprendido con el tiempo es a no compararme con nadie, a no ser mejor que nadie, mas bien que Jesús sea mi modelo a seguir y por quien debo mejorar cada día, y que la competencia no es con el compañero, sino conmigo mismo, con mi yo. Debo ser mejor, pero no mejor que nadie, sino ser la mejor versión de mi mismo. Puestos los ojos en Jesús es la clave. Mientras hayan necesidades y problemas, mientras hayan metas, habrá algo por lo cual luchar... También hay que aprender a alegrarse por los triunfos de los demás, que sea de inspiración para tu vida y algo muy importante, siempre podemos rescatar algo bueno de cada persona, en vez de juzgar y ver los defectos, hay que ver lo mejor de ellos y que sirva de motivación. 

Por último, como testimonio; en mi experiencia he visto muchos cambios, varios sueños realizados y quedan muchos por cumplir. No ha sido fácil, he caído muchas veces, pero sólo Dios es quien sostiene, quien levanta y te hace perseverar. De cada cosa se puede aprender, hasta de tus caídas, pero no olvides que nunca es tarde para volver a intentarlo y que no hay nada mas gratificante cuando te das cuenta que estás siendo lo que querías ser.

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas". 
                                          Josué 1:9

                  ¡¡¡Esfuérzate y sé muy valiente!!!

viernes, 31 de julio de 2015

TU VERDADERO VALOR

Cuando leemos y analizamos la parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10) podemos extraer 3 enseñanzas importantes que nunca debiéramos olvidar:


                                    - "PARA DIOS TODOS VALEMOS Y SOMOS ÚTILES" -

Si cada persona que pasa en tu vida, o cada uno de tus amigos, conocidos y familiares tuvieran un valor monetario, pienso que habrían muchas personas que valdrían una moneda de $1, y muy pocas personas que valdrían un billete de $20.000, entonces me pregunto: ¿cuanto dinero tengo en mi poder? O mejor dicho, ¿qué valor le estoy dando a las personas que me rodean? Así es, el hombre le pone valor a las personas, mas para Dios todos valemos lo mismo, porque todos fuimos comprados con la misma sangre, la sangre de Cristo Jesús. El hombre discrimina el valor de las personas, juzga pensando en sus propias necesidades, quien me sirve o quien vale, mas para Dios TODOS valemos y somos útiles, para Dios todos tenemos el mismo precio. No te sientas que vales $1, o no te vayas al extremo pensando que estas sobre valorado y eres superior a los demás, no importa tu profesión, tu clase social, tu educación, tu dinero, ni nada, porque todos somos iguales.


                                 - "NO  MENOSPRECIES NI PIERDAS A NADIE" -

Ahora, si cada amigo fuera una moneda, y tienes una sola moneda en tu mano, y aquella moneda la gastas, o la guardas en una alcancía para utilizarla en el futuro,  o quizás la cambias por otra cosa mejor, o la pierdes, o te olvidas donde la dejaste, y ahora te pregunto: ¿que te queda? No tienes nada. ¿El valor de esa moneda cambió? ¿Quién fue el que cambió? Así es, las personas vienen y van, así como el dinero viene y va. Un día podemos tener muchos amigos, al otro día no, un día podemos tener mucho dinero, al tiempo podemos estar empobrecidos. Muchas veces cometemos con frecuencia este error, perder aquello que teníamos. "No se trata de tener mucho dinero y utilizarlo (perderlo), sino de tener lo necesario y mantenerlo en nuestra vida". No se trata de usar a tus amigos, cambiarlos por otros "mejores" o de "mas valor", o dejarlos a un lado para utilizarlos cuando los necesites, sino de darles el valor que merecen, preocuparte por ellos genuinamente sin pedir nada a cambio. Por mas que indiquemos categorías o valores en las personas, Dios nos invita a no menospreciar a nadie, a incluir a todos, a buscar al necesitado y perdido, sin apuntarlo con el dedo, sin apuñalarlo por la espalda, sino con amor traerlo de vuelta a los pies de Cristo. Perdemos personas en nuestra vida por nuestra incongruencia de carácter, por nuestro orgullo y por nuestras diversas debilidades, pero también podemos ganar valiosas personas para la gloria del Padre, con tan solo un gesto, un saludo, y mas allá de eso preocupándonos por sus reales necesidades, no sólo físicas, mentales y sociales, sino también y con mas fuerza en lo espiritual, dando un testimonio de vida, el ejemplo de Jesús compasivo y restaurador del caído.


- VALES MUCHO MAS DE LO QUE CREES - 

Si todos al nacer tenemos el mismo valor como persona, claro, todos fuimos creados por el mismo Dios, pero en la vida ocurren sucesos que no esperábamos, vienen tormentas y problemas, la gente nos hace daño y quedamos por el suelo, te pregunto, ¿el valor que tenías de ti mismo cambió? Así es, muchas veces para el hombre el valor que tiene de si mismo cambia, se mira en menos, se humilla y se  deja de estimar, pero Dios puede tomar la moneda desgastada y ponerla en fuego (prueba de fe) y hacer que brille nuevamente. Porque después de cada tormenta, si permites que Dios tome el timón, las aguas cesarán, el mar se aquietará y el viento callará. Dios puede hacer el milagro de encontrar aquella moneda que estaba perdida en el desierto, puede devolverle aquel valor que perdió un día, darle esa dignidad y reputación que le quitaron y puede decirle al mundo: yo di mi vida entera por aquella persona, lo saqué de lo mas profundo del pozo, lo limpié de su pecado, lo puse en un lugar seguro, junto a corrientes de agua viva, y lo restauré para que tenga vida en abundancia, para que more por la eternidad conmigo, porque yo no hago errores, porque para mi aquel que el mundo rechaza, a ese vine a buscar. Dios te dice hoy: así como yo lo restauré, lo puedo hacer por ti también. ¿Deseas ser una nueva criatura en Cristo, dejar todo tu pasado y todos errores atrás, comenzar un nuevo camino tomados de la mano de Jesús? Amén, que así sea, y que Dios te Bendiga Grandemente por esta decisión de vida.

"Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento". (Lucas 15:7).

domingo, 25 de enero de 2015

CUANDO PIERDES EL HORIZONTE

A veces perdemos el sentido a nuestra vida, nos desviamos y alejamos de la presencia de Dios. Nos sentimos sin ganas de nada, frustrados por lo que no salió bien o por lo que nunca hicimos pudiendo haberlo hecho. Nos sentimos solos e incomprendidos en nuestros problemas, encerrados en una burbuja de la cuál pareciera no tener salida. Agobiados por el quehacer, preocupados por el decidir, entregados ante las adversidades de este mundo. Y eso no es todo, estando en esta condición, habrán personas que contribuirán, que querrán destruirte, hacerte daño y verte fracasado. Te criticarán sin conocerte, te apuntarán con el dedo y otros hasta te despreciarán. Y es aquí cuando nos desesperamos, perdemos la paciencia, nos airamos o entramos en un estado que yo considero una "tormenta existencial", dónde pareciera que toda nuestra vida es confusa e irremediable, dónde pensamos en bajar los brazos, desistir, y rendirnos ante las circunstancias. Estados de depresión y no de paz vienen, pensamientos negativos entran en la mente y queremos dejar de existir. Es aquí cuando "tocamos fondo", y nos acordamos de quién siempre estuvo allí. Quien no nos soltó de la mano en ningún momento, por mas terrible que haya sido la tormenta. ¡JESÚS SIEMPRE ESTUVO CONTIGO! y ante la adversidad, no pedimos su ayuda en el momento. Y es que como seres humanos, a veces nos acordamos a última hora de quién es nuestra ÚNICA salida... Pero misericordioso es nuestro Dios, que siendo desobedientes e infieles, él como buen pastor, va en rescate de aquella oveja que sufrió, que se sintió sola y desesperada y la trae a su rebaño, donde podrá tener el mejor bienestar, y es en los brazos del salvador, en los brazos de Cristo Jesús. Ahora, la esperanza llena nuestro ser, y las cosas que pasaron, ya pasaron. Miramos nuevamente el horizonte, descubrimos el camino y caminamos tranquilamente con el Salvador... 
Recuerda: Después de la tormenta SIEMPRE, viene la calma. Todo lo ocurrido en tu vida tiene propósito y a veces es necesario pasar tiempos malos, para que al final podamos confiar en Dios y estar en sus caminos. Aún estas a tiempo, ¡NUNCA ES TARDE PARA VOLVER A EMPEZAR! 

"Porque El inflige dolor, pero da alivio; El hiere, pero sus manos también sanan" (Job 5:18).

miércoles, 10 de julio de 2013

Pescadores de Hombres


Nuestro maestro, Jesús, nos dice en su palabra: "Síganme y os haré pescadores de hombres" (Mat. 4:19). Cristo nos pide que en nuestro corazón, surja el deseo de seguirlo como nuestro único guía fiel y verdadero, para  hacernos pescadores de hombres. Pero, ¿qué significa ser pescadores de hombres?
Elena de White equilibra y une dos elementos imprescindibles para la testificación: (1) estar con Cristo y (2) trabajar por Cristo. Nos aconseja: “Mirar constantemente a Jesús” y “tomar tiempo para la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios.” Al mismo tiempo reconocemos que: “es su poder lo que realiza la obra”, y “hemos de trabajar fervorosamente para la salvación de los perdidos.” Si hacemos todo esto produciremos muy buenos resultados para el bien de otros.
Jesús llamó a sus discípulos para que lo siguieran y él los haría pescadores de hombres. Pero no los llamó con un fin en sí mismo, sino para testificar de él a otras personas que no lo conocían. Existen ciertas condiciones para ser pescadores de hombres, las cuales se detallan a continuación:
  1. Necesitamos ponernos a disposición de Cristo y aceptar su invitación de ir a él. ¡deseamos de todo corazón presentarnos ante él!
  2. Necesitamos someternos a Cristo para que él nos modele de acuerdo con su voluntad. La sumisión al trabajo creativo de Dios significa humildad y disposición para ser enseñados.
  3. Debemos dejar que Cristo nos modele según el tipo de testigos que necesitamos ser. No intentemos ser testigos de nuestra propia imagen.
  4. Para que Cristo nos transforme en pescadores de hombres debe producirse un milagro. Así como cuando los discípulos no habían conseguido pescar en toda la noche y Cristo hizo el milagro de la pesca milagrosa.
  5. Nuestra formación como testigos de Cristo no es instantánea. Modelar es un proceso gradual, que requiere tiempo. sabemos que los discípulos de Cristo no llegaron a ser pescadores acabados y expertos de la noche a la mañana.
  6. Aprender la indispensable lección de la autoconfianza. Siempre debe existir una relación esencial entre la falta de confianza en uno mismo y la confianza en Cristo. Esto es algo que nunca podremos asimilar de maestro o teoría humanos, sino solamente del Maestro de los maestros.

El mismo Jesús que llamó a doce personas para ser pescadores de hombres, nos está llamando hoy a nosotros para su servicio. 
Nos invita a que lo sigamos; que sigamos su ejemplo, aunque ciertamente somos imperfectos y limitados, pero Jesús promete ayudarnos y capacitarnos de tal forma que seamos pescadores exitosos y llevemos buenos frutos de nuestro esfuerzo.
 Cristo "eches la red" y seas un pescador de Hombres...



“Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”. 
(S. Mateo 4:19)

viernes, 10 de mayo de 2013

“LA LLUVIA TARDÍA, UN REFRIGERIO INDISPENSABLE”

      ¿Estamos preparados para recibir el poder del Espíritu Santo?




INTRODUCCIÓN. La motivación de ésta investigación nace con la inquietud de saber más acerca del poder del Espíritu Santo, su derramamiento, bautismo y efectos que puede producir en las personas que se preparan y lo buscan.
En las siguientes líneas sabremos más sobre el Espíritu Santo y daremos respuesta a las siguientes preguntas: ¿Quién es el Espíritu Santo?, ¿Qué significa su derramamiento?, ¿Qué es la lluvia temprana y tardía?, ¿Cómo puedo recibir el Espíritu en mi vida? y ¿Cómo conseguir un refrigerio de la presencia de Dios?
El tema del Espíritu Santo es complejo y muy discutido a través de la historia del Cristianismo. Pero la  Biblia es clara al demostrarnos que el Espíritu Santo es una persona que actúa en el hombre, transformando, guiando, entrenando, consolando, inspirando, santificando y muchas otras cualidades o funciones que desempeña de forma activa.
El Espíritu Santo ha actuado en la tierra y en las personas constantemente generación tras generación. Ha estado presente desde la creación del mundo. Las Sagradas Escrituras nos muestran que el poder del Espíritu se manifestaría con mayor fuerza en 2 ocasiones específicas de la historia de la humanidad.
(1) La “lluvia temprana”, representada por el poder recibido por los discípulos de Jesús en pentecostés y  (2) la “lluvia tardía” que la podemos recibir en este tiempo con mayor fuerza que la primera. El objetivo de Dios para con su pueblo es capacitarlos y darles poder y dones para que su evangelio sea proclamado a todo el mundo, para que se cumpla la promesa que hizo Cristo estando en el Monte de los olivos (Mt. 24:14; 27-28). 
Cuando se derrame el Espíritu Santo, seremos dotados de poder y un “refrigerio de la presencia de Dios” el cuál nos ayudará para enfrentar la última fase de la historia de este mundo. Una lucha entre el bien y el mal se está desatando y como seguidores de Cristo debemos prepararnos para poder vencer esta guerra no con nuestras fuerzas si no con el poder del Espíritu Santo que actúa en nosotros.
Te invitamos a poder descubrir esta pequeña investigación a la luz de la escrituras y también a través de la inspiración de la profetiza del Señor, Elena de White, que nos dará más detalles acerca de este tema tan relevante para este tiempo.


¿Quién es el Espíritu Santo?
“La Biblia revela que el Espíritu Santo es una persona, no una fuerza impersonal. Declaraciones como ésta: “Ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros” (Hech. 15:28), revelan que los primeros creyentes lo consideran una persona. Cristo también se refirió a él como a una persona distinta: “Él me glorificará –declaró el Salvador–; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14). Las escrituras, al referirse al Dios triuno, describen al Espíritu como una persona (Mat. 28:19; 2Cor. 12:14)”.
“El Espíritu Santo tiene personalidad. Contiende (Gén. 6:3), enseña (Luc. 12:12), convence (Juan 16:8), dirige los asuntos de la iglesia (Hech. 13:2), ayuda e intercede (Rom. 8:26), inspira (2 Ped. 1:21), y santifica (1 Ped. 1:2). Esas actividades no pueden ser realizadas por un mero poder, una influencia o un atributo de Dios. Solamente una persona puede llevarlas a cabo”.[1]
Claramente la Biblia no nos deja en blanco con respecto a la divinidad del Espíritu Santo. Nos muestra una serie de cualidades y características que sólo se le atribuyen a una persona. También nos muestra múltiples funciones que tiene, las cuáles nos benefician en gran manera para nuestro crecimiento espiritual y de otros. Desde niños escuchamos hablar sobre “la unción del Espíritu Santo”, o “el bautismo o derramamiento del Espíritu Santo”, pero muchas veces no conocemos realmente en que cosiste esto, lo cual nos debiera poner en alerta frente a este tema considerando el tiempo en el cual estamos viviendo: “el tiempo del fin”.

Derramamiento del Espíritu
En la palabra de Dios encontramos una  obra importante con respecto al “derramamiento del Espíritu Santo” (Isa. 32:15; Eze. 39:29; Hech. 2:17). Este derramamiento son bendiciones que nos brinda Dios y que inundan a las personas con poder para que puedan cumplir un propósito y una obra especial. Este poder se manifestaría en dos ocasiones significativas en la historia de la humanidad.
 Veamos que nos dice el profeta Joel en el capítulo 2, versículo 23:

“Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia temprana y tardía como al principio”.

Y más adelante, en los versículos 28 al 31 agrega:

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.  Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.  El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová”.

Dios nos muestra  que ocurría una “lluvia temprana” y una “lluvia tardía” en las cuales el Espíritu de Dios se derramaría sobre toda carne de una manera abundante y con grandes resultados.

La lluvia temprana fue en Pentecostés
La profecía que nos muestra el profeta Joel es de suma importancia ya que en su primera parte (lluvia temprana), cuando se derramó el Espíritu Santo sobre los doce, éstos recibieron un poder extraordinario que nunca antes habían experimentado.
 La promesa de Cristo que dijo a sus discípulos antes de ascender al cielo dice:

“Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra
(Hech. 1:8)”.

Lo cual se cumplió según la escritura:

“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hech. 2:4)

Ésta fue la primera señal o poder que recibieron los discípulos. Ellos fueron llenos del Espíritu Santo, dotaos de gran poder. Pero eso no fue todo, después de esto Pedro dirige su primer discurso, dónde invita a la multitud a arrepentirse y bautizarse en el nombre de Jesús, para el perdón de sus pecados (Hech. 2:38). Esto trajo frutos instantáneos, ya que según leemos, cerca de tres mil personas se añadieron aquel día y aceptaron el mensaje del Cristo Crucificado (vers. 41).
Este sólo fue el comienzo de un largo ministerio realizado por los doce. Muchas maravillas y milagros fueron llevados a cabo, muchos se convirtieron y aceptaron el evangelio, el cristianismo dio sus primeros pasos y fue avanzando rápidamente gracias al poder del Espíritu Santo que pudo utilizar a estos hombres y cumplirse la promesa  hecha por su maestro.
Elena de White nos dice:

“Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés. Como la "lluvia temprana" fue dada en tiempo de la efusión del Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer crecer la preciosa semilla, así la "lluvia tardía" será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha”.[2]

La lluvia tardía
Dios tiene una maravillosa obra que debemos cumplir. Así como en el pentecostés Dios derramó su Espíritu a los doce, también la promesa nos alcanza a nosotros en este tiempo. Dios promete enviar al Espíritu Santo para que seamos llenados de Él y recibamos poder que nos ayudará a predicar el evangelio a todo el mundo y terminar la obra que se nos encomendó (Mt. 28:19-20).
Así como en la lluvia temprana fue derramado el Espíritu, Dios promete una porción más abundante  de su poder en este tiempo:

“El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue "la lluvia temprana", y glorioso fue el resultado. Pero la lluvia tardía será más abundante”.[3]

Miles de personas se convirtieron gracias a la primera intervención o derramamiento del Espíritu Santo. Dios a través de su sierva nos dice que su derramamiento será aún más abundante, y nos garantiza un resultado aún mayor.

Aquí está la promesa de Dios para su pueblo:

"Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía, Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno." Zac. 10: 1.

El espíritu de profecía nos dice:

“Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía que cae en los países orientales al tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos predijeron el derramamiento de la gracia espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de Dios. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados... Pero cerca del fin de la siega de la tierra, se promete una concesión especial de gracia espiritual, para preparar a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia tardía; y en procura de este poder adicional, los cristianos han de elevar sus peticiones al Señor de la mies "en la estación tardía"”.[4]

Dios envió al Espíritu Santo en la lluvia temprana para que los discípulos fueran preparados, capacitados y experimentados con su poder. Éste grandioso poder que ayudó a los discípulos para predicar el evangelio y expandirlo a todo el mundo, se nos promete hoy en día. Así como Dios les dio la victoria a sus discípulos y pudieron llevar este evangelio al mundo, así también nuestro Dios nos puede dar la victoria, preparándonos con su poder para cumplir la misión y encontrarnos con nuestro Señor Jesucristo. Esa es nuestra gran esperanza.

Cuando me detengo a meditar en la promesa de Dios del Espíritu Santo, surge en mi mente la siguiente pregunta: ¿Por qué no hemos recibido este poder? La respuesta a esta pregunta la encontramos en Lucas 11:13 que dice:

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”.

Elena de White:

“Debiéramos orar tan fervientemente por el descenso del Espíritu Santo como los discípulos oraron en el Día de Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en aquel entonces, nosotros lo necesitamos más hoy en día”.[5]

La respuesta es concisa y clara: “Pedir al Padre” y Él nos concederá del Espíritu Santo. Jesús mismo lo dijo, sólo debemos confiar en sus palabras, reclamar al Padre la promesa de su hijo y recibiremos su poder. Parece sencillo, pero este derramamiento conlleva algunas condiciones que la profetiza del Señor nos aclara a continuación.


Cómo recibir el Espíritu Santo o la lluvia tardía 

           Orar fervientemente por Él:
“Debiéramos orar tan fervientemente por el descenso del Espíritu Santo como los discípulos oraron en el Día de Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en aquel entonces, nosotros lo necesitamos más hoy en día”.[6]

“La medida del Espíritu Santo que recibamos estará en proporción a la medida de nuestro deseo de recibirlo y de la fe que ejerzamos para ello, y del uso que hagamos de la luz y el conocimiento que se nos dé”.[7]

Humillarse y arrepentirse sinceramente:
“La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra. Debe haber esfuerzos fervientes para obtener las bendiciones del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a conferirnos sus bendiciones, sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos. Sin embargo, mediante la confesión, la humillación, el arrepentimiento y la oración ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las cuales ha prometido Dios concedernos su bendición. Sólo en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento”.[8]

“Debe haber un reavivamiento cabal entre nosotros. Debe haber un ministerio convertido. Debe haber confesiones, arrepentimiento y conversiones. Muchos que están predicando la Palabra necesitan la gracia transformadora de Cristo en sus corazones. No debieran permitir que nada les impida hacer una obra cabal antes que sea demasiado tarde para siempre”.[9]
“Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida, y ella les vendrá”.[10]

La reforma debe ir con un reavivamiento:
“Deben producirse un reavivamiento y una reforma bajo el ministerio del Espíritu Santo. El reavivamiento y la reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, un avivamiento de las facultades de la mente y el corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en ideas y teorías, en hábitos y prácticas. La reforma no producirá el buen fruto de justicia a menos que esté conectada con el reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la reforma han de hacer su obra designada, y al hacerlo, deben fusionarse”.[11]

Desechar toda lucha y disensión:
Cuando los obreros tengan un Cristo que more permanentemente en sus almas, cuando todo egoísmo esté muerto, cuando no haya rivalidad ni lucha por la supremacía, cuando exista unidad, cuando se santifiquen a sí mismos, de modo que se vea y sienta el amor mutuo, entonces las lluvias de gracia del Espíritu Santo vendrán sobre ellos tan ciertamente como que la promesa de Dios nunca faltará en una jota o tilde. Pero cuando es rebajada la obra de otros, para que los obreros puedan mostrar su propia superioridad, demuestran que su propia obra no lleva la señal que debiera. Dios no puede bendecirlos”.[12]

Amaos unos a otros:
El cristianismo se ha de revelar en el más tierno afecto mutuo... Cristo ha de recibir supremo amor de parte de los seres que ha creado. Y requiere que el hombre fomente una consideración sagrada por sus prójimos. Cada alma salvada lo será por el amor que comienza con Dios. La verdadera conversión es un cambio del egoísmo al amor santificado para Dios y al amor mutuo entre los hombres”.[13]

Entrega total:
“No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su pueblo "así el querer como el hacer, por su buena voluntad" "(Fil. 2: 13). Pero muchos no quieren someterse a eso. Quieren manejarse a sí mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial. Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu”.


Un refrigerio Indispensable
Necesitamos urgentemente un refrigerio de la presencia de Dios, el cuál se detalla a continuación en 4 puntos esenciales:
         Primero: “Cuando termine el mensaje del tercer ángel la misericordia divina no intercederá más por los habitantes culpables de la tierra. El pueblo de Dios habrá cumplido su obra; habrá recibido la "lluvia tardía", el "refrigerio de la presencia del Señor y estará preparado para la hora de prueba que le espera. Los ángeles se apuran, van y vienen de acá para allá en el cielo”.[14]

            Segundo: “Vi que nadie podía participar del ''refrigerio'' a menos de vencer todas las tentaciones y triunfar contra el orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra mala. Por lo tanto, debemos acercarnos más y más al Señor y buscar anhelosamente la preparación necesaria que nos habilita para permanecer firmes en la batalla, el día del Señor. Recuerden todos que Dios es santo y que únicamente seres santos podrán morar alguna vez en su presencia".[15]
      Tercero: "La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que marcó el principio de ella. Las profecías que se cumplieron en el tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio”.[16]

      Cuarto: “Vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda contaminación. Nuestra obra hoy es rendir nuestra alma a Cristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para el bautismo del Espíritu Santo.[17]



CONCLUSIÓN

Así cómo fue manifestado y derramado el Espíritu Santo en el pentecostés, así también se manifestará el Espíritu a toda persona que lo pida y esté preparada para recibirla. Dios quiere culminar la obra en ésta tierra lo más pronto posible, pero es nuestro deber prepararnos para estar listos para terminarla. Como dijo alguna vez un profesor: “No es hora de comenzar la misión, es hora de terminarla”, y es nuestro deber apresurar la venida de Jesús agotando todos los medios posibles.
Cuando se manifieste el poder de Dios a  la humanidad, el evangelio eterno se dispersará por todo el mundo y entonces vendrá el fin y nuestro Rey de Reyes y Señor de Señores vendrá a buscar a su pueblo que le esperó fielmente y contribuyó en ésta su obra.
Es importante recibir el poder del Espíritu en este tiempo. Necesitamos ese refrigerio de la  presencia de Dios para poder resistir las cosas que nos esperan. Debemos dejar todo pecado que nos ate a este mundo para poder recibir la maravillosa promesa y Dios se manifestará y los resultados serán grandiosos para la honra y gloria de nuestro Dios.


“Oí que los revestidos de la armadura proclamaban poderosamente la verdad, con fructuosos resultados. Muchas personas habían estado ligadas; algunas esposas por sus consortes, y algunos hijos por sus padres. Las personas sinceras, que hasta entonces habían sido impedidas de oír la verdad, se adhirieron ardientemente a ella. Desvanecióse todo temor a los parientes y sólo la verdad les parecía sublime. Habían tenido hambre y sed de la verdad, y ésta les era más preciosa que la vida. Pregunté por la causa de tan profundo cambio y un ángel me respondió: "Es la lluvia tardía; el refrigerio de la presencia del Señor; el potente pregón del tercer ángel."[18]
     





[1] Iglesia Adventista del Séptimo Día. (2007). Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, p. 68. 
[2] White, E. G. (1913). Conflicto de los Siglos. Mountain View, California.: Pacific Press. p. 669. 
[3] White, E. G. (1975). Joyas de los Testimonios Tomo 3. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, p. 211. 
[4] White, E. G. (1991). Dios nos cuida. Buenos Aires: Aociación Casa Editora Sudamericana. 
[5] White, E. G. (1913). Conflicto de los Siglos. Mountain View, California.: Pacific Press. 
[6] White, E. G. (1913). Conflicto de los Siglos. Mountain View, California.: Pacific Press. 
[7] White, E. G. (5 de mayo, 1896). Review and Herald. 
[8] Mensajes Selectos, Tomo 1. (1887). Publicaciones Internacionales, p. 141 
[9] White, E. G. (1881), Carta 51. 
[10] White, E. G. (1904). Joyas de los Testimonios Tomo 3. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, p. 211. 
[11] White, E. G. (25 de febrero, 1902). Review and Herald. 
[12] White, E. G. (1981). Mensajes Selectos, Tomo 1. Publicaciones Internacionales, p. 206. 
[13] White, E. G. (1901). Mensajes Selectos, Tomo 1. Publicaciones Internacionales, p. 134-135. 
[14] White, E. G. (1991) 20 de diciembre. Dios nos cuida. Buenos Aires: Aociación Casa Editora Sudamericana. 
[15] White, E. G. Testimonios Selectos, Tomo 1. (1923). Buenos Aires: Asociacion Casa Editora Sudamericana, p. 111. 
[16] White, E. G. (1913). Conflicto de los Siglos. Mountain View, California.: Pacific Press, p. 669.670. 
[17] White, E. G. (1981). Mensajes Selectos, Tomo 1. Publicaciones Internacionales, p. 223. 
[18] White, E. d. (1962). Primeros Escritos. Mountain View, California: Publicaciones Interamericanas, p. 271.