Cuando leemos y analizamos la parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10) podemos extraer 3 enseñanzas importantes que nunca debiéramos olvidar:
- "PARA DIOS TODOS VALEMOS Y SOMOS ÚTILES" -
Si cada persona que pasa en tu vida, o cada uno de tus amigos, conocidos y familiares tuvieran un valor monetario, pienso que habrían muchas personas que valdrían una moneda de $1, y muy pocas personas que valdrían un billete de $20.000, entonces me pregunto: ¿cuanto dinero tengo en mi poder? O mejor dicho, ¿qué valor le estoy dando a las personas que me rodean? Así es, el hombre le pone valor a las personas, mas para Dios todos valemos lo mismo, porque todos fuimos comprados con la misma sangre, la sangre de Cristo Jesús. El hombre discrimina el valor de las personas, juzga pensando en sus propias necesidades, quien me sirve o quien vale, mas para Dios TODOS valemos y somos útiles, para Dios todos tenemos el mismo precio. No te sientas que vales $1, o no te vayas al extremo pensando que estas sobre valorado y eres superior a los demás, no importa tu profesión, tu clase social, tu educación, tu dinero, ni nada, porque todos somos iguales.
Ahora, si cada amigo fuera una moneda, y tienes una sola moneda en tu mano, y aquella moneda la gastas, o la guardas en una alcancía para utilizarla en el futuro, o quizás la cambias por otra cosa mejor, o la pierdes, o te olvidas donde la dejaste, y ahora te pregunto: ¿que te queda? No tienes nada. ¿El valor de esa moneda cambió? ¿Quién fue el que cambió? Así es, las personas vienen y van, así como el dinero viene y va. Un día podemos tener muchos amigos, al otro día no, un día podemos tener mucho dinero, al tiempo podemos estar empobrecidos. Muchas veces cometemos con frecuencia este error, perder aquello que teníamos. "No se trata de tener mucho dinero y utilizarlo (perderlo), sino de tener lo necesario y mantenerlo en nuestra vida". No se trata de usar a tus amigos, cambiarlos por otros "mejores" o de "mas valor", o dejarlos a un lado para utilizarlos cuando los necesites, sino de darles el valor que merecen, preocuparte por ellos genuinamente sin pedir nada a cambio. Por mas que indiquemos categorías o valores en las personas, Dios nos invita a no menospreciar a nadie, a incluir a todos, a buscar al necesitado y perdido, sin apuntarlo con el dedo, sin apuñalarlo por la espalda, sino con amor traerlo de vuelta a los pies de Cristo. Perdemos personas en nuestra vida por nuestra incongruencia de carácter, por nuestro orgullo y por nuestras diversas debilidades, pero también podemos ganar valiosas personas para la gloria del Padre, con tan solo un gesto, un saludo, y mas allá de eso preocupándonos por sus reales necesidades, no sólo físicas, mentales y sociales, sino también y con mas fuerza en lo espiritual, dando un testimonio de vida, el ejemplo de Jesús compasivo y restaurador del caído.
- VALES MUCHO MAS DE LO QUE CREES -
"Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento". (Lucas 15:7).