viernes, 31 de julio de 2015

TU VERDADERO VALOR

Cuando leemos y analizamos la parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10) podemos extraer 3 enseñanzas importantes que nunca debiéramos olvidar:


                                    - "PARA DIOS TODOS VALEMOS Y SOMOS ÚTILES" -

Si cada persona que pasa en tu vida, o cada uno de tus amigos, conocidos y familiares tuvieran un valor monetario, pienso que habrían muchas personas que valdrían una moneda de $1, y muy pocas personas que valdrían un billete de $20.000, entonces me pregunto: ¿cuanto dinero tengo en mi poder? O mejor dicho, ¿qué valor le estoy dando a las personas que me rodean? Así es, el hombre le pone valor a las personas, mas para Dios todos valemos lo mismo, porque todos fuimos comprados con la misma sangre, la sangre de Cristo Jesús. El hombre discrimina el valor de las personas, juzga pensando en sus propias necesidades, quien me sirve o quien vale, mas para Dios TODOS valemos y somos útiles, para Dios todos tenemos el mismo precio. No te sientas que vales $1, o no te vayas al extremo pensando que estas sobre valorado y eres superior a los demás, no importa tu profesión, tu clase social, tu educación, tu dinero, ni nada, porque todos somos iguales.


                                 - "NO  MENOSPRECIES NI PIERDAS A NADIE" -

Ahora, si cada amigo fuera una moneda, y tienes una sola moneda en tu mano, y aquella moneda la gastas, o la guardas en una alcancía para utilizarla en el futuro,  o quizás la cambias por otra cosa mejor, o la pierdes, o te olvidas donde la dejaste, y ahora te pregunto: ¿que te queda? No tienes nada. ¿El valor de esa moneda cambió? ¿Quién fue el que cambió? Así es, las personas vienen y van, así como el dinero viene y va. Un día podemos tener muchos amigos, al otro día no, un día podemos tener mucho dinero, al tiempo podemos estar empobrecidos. Muchas veces cometemos con frecuencia este error, perder aquello que teníamos. "No se trata de tener mucho dinero y utilizarlo (perderlo), sino de tener lo necesario y mantenerlo en nuestra vida". No se trata de usar a tus amigos, cambiarlos por otros "mejores" o de "mas valor", o dejarlos a un lado para utilizarlos cuando los necesites, sino de darles el valor que merecen, preocuparte por ellos genuinamente sin pedir nada a cambio. Por mas que indiquemos categorías o valores en las personas, Dios nos invita a no menospreciar a nadie, a incluir a todos, a buscar al necesitado y perdido, sin apuntarlo con el dedo, sin apuñalarlo por la espalda, sino con amor traerlo de vuelta a los pies de Cristo. Perdemos personas en nuestra vida por nuestra incongruencia de carácter, por nuestro orgullo y por nuestras diversas debilidades, pero también podemos ganar valiosas personas para la gloria del Padre, con tan solo un gesto, un saludo, y mas allá de eso preocupándonos por sus reales necesidades, no sólo físicas, mentales y sociales, sino también y con mas fuerza en lo espiritual, dando un testimonio de vida, el ejemplo de Jesús compasivo y restaurador del caído.


- VALES MUCHO MAS DE LO QUE CREES - 

Si todos al nacer tenemos el mismo valor como persona, claro, todos fuimos creados por el mismo Dios, pero en la vida ocurren sucesos que no esperábamos, vienen tormentas y problemas, la gente nos hace daño y quedamos por el suelo, te pregunto, ¿el valor que tenías de ti mismo cambió? Así es, muchas veces para el hombre el valor que tiene de si mismo cambia, se mira en menos, se humilla y se  deja de estimar, pero Dios puede tomar la moneda desgastada y ponerla en fuego (prueba de fe) y hacer que brille nuevamente. Porque después de cada tormenta, si permites que Dios tome el timón, las aguas cesarán, el mar se aquietará y el viento callará. Dios puede hacer el milagro de encontrar aquella moneda que estaba perdida en el desierto, puede devolverle aquel valor que perdió un día, darle esa dignidad y reputación que le quitaron y puede decirle al mundo: yo di mi vida entera por aquella persona, lo saqué de lo mas profundo del pozo, lo limpié de su pecado, lo puse en un lugar seguro, junto a corrientes de agua viva, y lo restauré para que tenga vida en abundancia, para que more por la eternidad conmigo, porque yo no hago errores, porque para mi aquel que el mundo rechaza, a ese vine a buscar. Dios te dice hoy: así como yo lo restauré, lo puedo hacer por ti también. ¿Deseas ser una nueva criatura en Cristo, dejar todo tu pasado y todos errores atrás, comenzar un nuevo camino tomados de la mano de Jesús? Amén, que así sea, y que Dios te Bendiga Grandemente por esta decisión de vida.

"Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento". (Lucas 15:7).