Nuestro maestro, Jesús, nos dice en su palabra: "Síganme y os haré
pescadores de hombres" (Mat. 4:19). Cristo nos pide que en nuestro corazón, surja
el deseo de seguirlo como nuestro único guía fiel y verdadero, para hacernos pescadores de hombres. Pero, ¿qué
significa ser pescadores de hombres?
Elena de White equilibra y une dos elementos imprescindibles
para la testificación: (1) estar con Cristo y (2) trabajar por Cristo. Nos aconseja:
“Mirar constantemente a Jesús” y “tomar tiempo para la meditación, la oración y
el estudio de la Palabra de Dios.” Al mismo tiempo reconocemos que: “es su
poder lo que realiza la obra”, y “hemos de trabajar fervorosamente para la
salvación de los perdidos.” Si hacemos todo esto produciremos muy buenos
resultados para el bien de otros.
Jesús llamó a sus discípulos para que lo siguieran y él los
haría pescadores de hombres. Pero no los llamó con un fin en sí mismo, sino
para testificar de él a otras personas que no lo conocían. Existen ciertas
condiciones para ser pescadores de hombres, las cuales se detallan a
continuación:
- Necesitamos ponernos a
disposición de Cristo y aceptar su invitación de ir a él. ¡deseamos de todo
corazón presentarnos ante él!
- Necesitamos someternos a
Cristo para que él nos modele de acuerdo con su voluntad. La sumisión al
trabajo creativo de Dios significa humildad y disposición para ser
enseñados.
- Debemos dejar que Cristo
nos modele según el tipo de testigos que necesitamos ser. No intentemos
ser testigos de nuestra propia imagen.
- Para que Cristo nos
transforme en pescadores de hombres debe producirse un milagro. Así como
cuando los discípulos no habían conseguido pescar en toda la noche y
Cristo hizo el milagro de la pesca milagrosa.
- Nuestra formación como
testigos de Cristo no es instantánea. Modelar es un proceso gradual, que
requiere tiempo. sabemos que los discípulos de Cristo no llegaron a ser
pescadores acabados y expertos de la noche a la mañana.
- Aprender la indispensable
lección de la autoconfianza. Siempre debe existir una relación esencial
entre la falta de confianza en uno mismo y la confianza en Cristo. Esto es
algo que nunca podremos asimilar de maestro o teoría humanos, sino
solamente del Maestro de los maestros.
El mismo Jesús que llamó a doce personas para ser pescadores
de hombres, nos está llamando hoy a nosotros para su servicio.
Nos invita a que
lo sigamos; que sigamos su ejemplo, aunque ciertamente somos imperfectos y limitados, pero
Jesús promete ayudarnos y capacitarnos de tal forma que seamos pescadores
exitosos y llevemos buenos frutos de nuestro esfuerzo.
Cristo "eches la red" y seas un pescador de Hombres...
“Y les dijo: Venid
en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”.
(S. Mateo 4:19)
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